ES IMPORTANTE SABER

sábado, 24 de abril de 2010

Manual de respuestas # 1

Qué responder a la frase “acá lo que pasa es que hay que darse cuenta de que somos todos argentinos”.


- Ehm… no entiendo, a qué te referís? Quiénes podrían no ser argentinos?

- Y… por esto de la dictadura, digo, los juicios, así con el país dividido no vamos a ninguna parte…

- Te referís a los militares y policías que estaban en funciones durante la última dictadura acusados de violaciones a los derechos humanos, cuando decís que somos todos argentinos?

- Y, si, porque tanto revolver, revolver, acá los problemas no se van a acabar hasta que dejemos el pasado atrás y nos demos cuenta que somos todos argentinos.

- Si, es totalmente cierto.

- Eso digo yo!

- Son criminales argentinos, que por lo tanto deben ser juzgados por un tribunal argentino y cumplir su condena en una cárcel argentina.

- Eh…

- Estamos totalmente de acuerdo.

Santiago Slaby - Reina de Espadas

El se entusiasmó con el proyecto y a mi me recontra cabe la demencia en la expresión de sus mujeres sensuales, siniestras, violentas... en fin.
Problema mío.

Santiago Slaby y su Reina de Espadas.







thou shall not pass this cross



























Y el texto propio, por supuesto.


Características Generales de los Arcanos Menores, Cartas Reales

Terminado el ciclo de los números, del uno al nueve con la coda del diez, aparecen las figuras humanas, que se usan para representar dos cosas: personas concretas, y estados menos abstractos y al mismo tiempo más integrales de cada principio.

Las cartas reales todas son un intermedio entre el carácter abstracto y general de los palos y los arquetipos mucho más concretos de los Arcanos Mayores.
Siguen representando primordialmente las características del palo y elemento, pero ya no en un ciclo, sino en una forma de usar las herramientas de cada palo: adolescente, adulta o madura, y masculina (extravertida) o femenina (introvertida).

El aspecto de personas concretas será poco desarrollado en este libro, alcance con señalar que son las cartas que más sirven, por su carácter complejo e integral, para indicar la actitud general del consultante respecto de la consulta, o la influencia externa a la que esté resultando sensible.

En el aspecto de ser "indicadores de estados menos abstractos y más integrales de cada principio", el principal orden es por edad o estado madurativo, y el segundo por características sexuadas.

Las sotas y caballos indican la pubertad y juventud temprana de una persona, o el estado de una cuestión, respecto del principio representado.

Las reinas y reyes, en cambio, son la cúspide de la evolución en lo madurativo, y muestran diferencias en la acción caracterizadas de manera sexual: el total de las habilidades y el mejor manejo posible de las energías de cada palo, ejercido de manera masculina o femenina.

Cada edad tiene sus propias características: la adolescencia implica el descubrimiento y la torpeza, la adultez representa la capacidad plena de acción, con tendencia o debilidad por el exceso, y la madurez la fuerza reflexiva y el conocimiento.

En principio, las sotas están, "por debajo" de las demás figuras, los caballos "por encima" de ellas y "por debajo" de reinas y reyes, quienes están por encima de todas las demás figuras, a la vez que a la par entre ellos, pero no de manera simétrica o intercambiable, dado que los roles complementarios sexuales no son simétricos.


La sexualidad dentro del mazo


Inmediatamente después de la característica “ser humano”, vienen las características “sexo y género”, en ese orden.
De ahí la importancia de los conceptos femenino y masculino para la actividad psíquica de concebir y entender el mundo: el sexo es un hecho físico, orgánico, de crucial importancia y como tal es una matriz conceptual inescapable, el género es la manera de interpretar el hecho inapelable del sexo.
Todo lo que se pueda pensar usa como referente el eje masculino / femenino.
Todo.

Es importante señalar que lo “femenino” y “masculino” en tarot, designa formas de acción: básicamente, lo femenino trabaja hacia dentro de la persona y lo masculino hacia fuera.
Lo femenino es la acción interna de introyección e introspección, lo masculino es la proyección e irradiación.
Dice Crowley que “los hombres son estrellas que se construyen desde el centro hacia la periferia y las mujeres son estrellas que se construyen desde la periferia hacia el centro”, para agregar alguna imagen poética al concepto.

Las formas de acción a su vez influyen en los campos posibles de acción, cuya división mínima es el campo de lo físico, el de lo instintivo, lo psíquico, lo emocional y lo intelectual

La diferenciación entre cada campo de acción es engorrosa, excede lo que vamos a tratar ahora, y se detalla en el resto del libro.

Alcance con decir que, en cada campo de acción se puede actuar de manera masculina, proyectiva e impositiva, o de manera femenina, introyectiva y receptiva.

Los roles masculinos tienen que ver con la proyección en el sentido de extroyección, con la fuerza y la potencia explosiva (lo masculino es en este sentido particularmente afín al elemento fuego), con el intelecto, con la restricción, con el dar, imponer, cortar, analizar, el salir-a-buscar, el proveer, el sembrar y todas las metáforas posibles de penetración e inseminación, y fuerza centrífuga.

Lo femenino tiene que ver en cambio con la introyección, lo receptivo, la resistencia a largos esfuerzos, el contacto con el propio sentir (lo femenino es afín en este y otros sentidos al elemento agua), con la contención y el recibir, amoldarse, integrar, fusionar, cocinar, elaborar en lo oculto, la administración de lo interno, el esperar-a-que-llegue, el atraer, el nutrir, hacer crecer y todas las metáforas posibles de la receptividad vaginal, ovular y uterina, el amamantamiento y las fuerza centrípeta.

Resumiendo: lo “masculino” y “femenino” son espacios fundamentales del individuo genérico, que se llenan de contenido con las experiencias propias de la vida concreta de cada persona, marcando ambos la manera de actuar en las diferentes áreas de la vida, de manera simultánea, aunque cada campo de acción tiene sus afinidades propias con un modo de acción u otro.

La sensibilidad emocional, por ejemplo, tiene más afinidad con lo interno/femenino que con lo externo/masculino. La acción política tiene más afinidad con lo externo/masculino que viceversa.
“Sentir” es, entonces, en tarot, una acción de carácter femenino, y “debatir” es una acción de carácter masculino, aunque ambas puedan ser realizadas indistintamente por hombres y mujeres.

Lógicamente, los ejemplos con que se llenan estos espacios de contenido se toman de lo inmediato: padre y madre en primer lugar, bastante más abajo el resto de las personas circundantes y a mucha distancia ejemplos más incorpóreos como personajes de películas o libros.
Por esto se llama a los modelos masculinos y femeninos básicos del tarot el “padre” y la “madre”, y cuando salen el Emperador y la Emperatriz (Arcanos Mayores números Tres y Cuatro), se los toma como referencias directas al padre o madre del consultante, o a sus modelos internos respecto de lo masculino y lo femenino.
Porque hacen alusión al área instintiva/física de cada forma de acción, son el padre y la madre “terrenales”: son el cuerpo mismo, así como Sacerdotisa y Sacerdote son el espíritu mismo.
Más adelante ampliamos detalles sobre los conceptos de cuerpo, alma y espíritu.

La práctica en el uso de estas divisiones muestra que no son complementarios simétricos opuestos, o sea, iguales pero invertidos, sino dos categorías absolutamente distintas, pero complementarias.
Un hombre no es una mujer sin mamas, ni una mujer es un hombre sin pene. No son seres iguales con “algo de más, o de menos”, sino seres distintos.

Finalmente, conviene señalar por primera vez que la característica asimétrica del eje “sexualidad” tiene como consecuencia que la combinatoria de atributos no produzca un panteón equilibrado, donde cada figura tenga obligatoriamente su contraparte.


Reinas y Reyes
Las reinas y reyes, en cambio, son la cúspide de la evolución: el total de las habilidades y el mejor manejo posible de las energías de cada palo. Así, el Rey de Espadas representa la razón y autoridad por excelencia, mientras que el Rey de Copas representa el contacto y equilibrio emocional.
Esto no significa que sean integralmente hábiles: para lograr un individuo psíquicamente equilibrado, cada Rey debe coordinar la administración de su reino con los otros y con las Reinas.
No hay diferencia de jerarquía o habilidad entre unas y otros: la diferencia esta en el campo y modo de acción.
Como comentáramos arriba, los Reyes representan la manera masculina, extrovertida de ejercer el pleno dominio de la energía de un palo y las Reinas la femenina, introvertida.

Sus tareas se dividen de la piel del individuo hacia fuera y de la piel hacia dentro.

Los reyes comparten con terceros como fuentes, por así decir, y las reinas como lagos.
La Reina de Copas, por ejemplo, se ocupa de contemplar y ordenar las emociones propias de la persona, y el Rey de Copas de expresar estas emociones hacia fuera, y ordenar con habilidad el entorno para que las alimente positivamente.
Las reinas se encargan de mantener el equilibrio interno del sistema, y los reyes de regular el intercambio entre persona y medio para mantener este equilibrio.
Las reinas se ocupan de recibir los estímulos del mundo y elaborarlos, los reyes de ejercer la respuesta.
Hay palos que son por definición más afines a lo masculino que a lo femenino y viceversa, y esto produce algunas asimetrías en el reparto final (que proponemos en este libro) de atribuciones a cada figura.

Características Generales de los Arcanos Menores, los Palos

Cada palo del tarot representa varias cosas al mismo tiempo: una manera específica de moverse de la energía psíquica, por lo tanto una función psíquica específica, por lo tanto el tipo de situaciones donde esa energía se activa, y un elemento (agua, fuego, aire o tierra) que metaforiza con su comportamiento, el del tipo de energía.
Son un aspecto de la actividad humana, artificialmente abstraído con el fin práctico de convertirlos en elementos de análisis durante la lectura de cartas.
Uno solo de ellos, el de los Oros, se refiere a las concreciones materiales.
Los otros tres se refieren a diferentes momentos del movimiento psíquico del individuo en cualquier acción dada: el desear o necesitar, el sentir o imaginar, y el pensar y actuar que llevan a concretar.
Cada palo está referido a un elemento que representa las características de esa fase del proceso.
Así, la acción y el pensamiento intelectual y analítico están representados por las espadas y el elemento viento, el sentir y el pensamiento imaginativo están representados por el agua, y el deseo y los instintos están representados por los bastos y el fuego.
Es importante la referencia al elemento, porque es donde están metaforizadas las características cruciales de cada fase: cualquier acción se inicia primero por una necesidad que se experimenta desde lo instintivo como urgencia. Urgencia de alimentarse, de huir, de procrear, defecar, atacar, de acercarse o alejarse de algo.

En las siguientes fases, esta urgencia cobra forma sensible (en la fase de las copas y el agua) y se define la imagen precisa hacia la que tiende el impulso, para que luego el pensamiento y la acción (fase de las espadas, el viento) le den forma material (fase de los oros, la tierra).



Palo de las Espadas
Las Espadas todas significan el conflicto, la acción operativa y, de las funciones intelectuales, la analítica: representan el pensamiento que se pone en marcha para resolver problemas mediante el recurso de aislar segmentos de la realidad para usarlos de “ladrillos” y construir una respuesta.
Su elemento representativo es el aire y el viento, por eso regularmente se ilustra las cartas con espadas con cielos abiertos y nubes más o menos oscuras, y referencias a la tempestad y el movimiento.
Generalmente no son cartas que contengan referencias a las emociones. Cuando lo hacen, el espectro de emociones reflejadas son la soberbia, la victoria o derrota, la angustia y el agobio, con sus diferentes matices y causas.

Las Espadas representan el pensamiento racional y analítico, no el creativo que acepta, aglutina y asocia cosas sino el destructivo que divide a las cosas en sus partes componentes, el que define los límites entre una y otra cosa, el que discrimina, legisla y juzga.
Representan también la palabra, en su aspecto más impositivo: la palabra que define, que afirma sin preguntar, la sentencia del juicio.

Es el tipo de pensamientos que se despierta regularmente cuando hay problemas que resolver, por esto representan también el conflicto.
La manera en que se mueve la energía psíquica en este tipo de situaciones es ágil y poderosa, pero con tendencia a volverse vertiginosa y caótica. Por su misma velocidad, y por el hecho de ser un tipo de energía asociada a la acción, pero principalmente al pensamiento, es que sus efectos en pequeña medida pueden ser totalmente benéficos, y en gran medida van de absolutamente inocuos (puro aspaviento, idas y vueltas que no concretan nada, etc), hasta muy, muy dañinos para la persona, por la cantidad de energía que le puede insumir esta ida y vuelta vertiginosa y estéril.

Por todo esto, el elemento que representa las espadas es el Aire, se suelen usar en las cartas nubes y pájaros como manera de indicar la presencia de aire y viento, dependiendo de la cantidad, posición alta o baja, densidad y movimiento de nubes y pájaros el que indique un estado mental sereno y organizado o caótico y agitado.
Es por estar asociadas al pensamiento analítico, que las espadas representan también la palabra.
Son el saber y el actuar por pensar.

Lamentablemente, también representan la capacidad de razonar y argumentar en abstracto, cosa no siempre productiva (porque ninguna acción legítima surge sólo del pensamiento, sino del deseo o necesidad primera, del sentir adecuado de este deseo y recien ahi, de la argumentación y pensamiento enpro de la acción) y tienen mucha tendencia a actuar de manera no coordinada e incluso impositiva sobre los demás palos.

La Reina de Espadas

Lo negativo de las cualidades masculinas en un puesto destinado a lo positivo de las cualidades femeninas.

La Reina de Espadas es una de esas raras cartas en las que su significado tradicional no se desprende exactamente del cruce entre palo y número.
Y es feo.
Los significados tradicionales de la carta son: viudez, melancolía femenina, ausencia femenina y severidad sin amor.

En mi experiencia personal, apareció siempre en constelaciones de cartas que indicaban severos problemas con la imagen materna y femenina.
La Reina de Espadas, como sensación interna, señala la percepción de una fuerte hostilidad o rechazo por parte de la madre en la infancia del consultante.
Como circunstancia, señala el desinterés de una mujer por otra persona, que puede llegar hasta la ajenidad total y el no reconocimiento de dicha persona como ser humano, despertando lo peor del potencial manipulador de un individuo: aquel espacio donde considera al otro, a sus debilidades y necesidades, como simple material instrumental.

Esta carta no tiene una contraparte masculina: no hay figuras masculinas en el resto del mazo que indiquen esta disposición, a menos que la carta aparezca “en contexto” (relacionada con otras cartas, invertida, etc).

Esto puede estar vinculado a la idea de ausencia de una forma especifica de amor, que es la única que debe, desde el marco teórico del tarot, permanecer libre de las características impositivas y autoritarias de la espadas, que es el amor materno.

La aparición de esta carta, como la de todas, puede estar aludiendo a una mujer, un hombre, o un aspecto interno del consultante, pero está señalando siempre una actitud precisa, desde una posición precisa: por algún motivo, se espera de una persona o circunstancia apoyo afectivo, no del tipo que se da entre pares (amigos, pareja), sino del tipo que se da “de arriba hacia abajo”, de padres a hijos y, dentro de esto, todavía de una manera más específica, que es la materna.

El amor paterno se caracteriza por el vigor (que modela al hijo conforme del molde socialmente aceptado) y el cuidado protectivo (que defiende del afuera), el amor materno se caracteriza por la blandura (que acepta al hijo de manera incondicional) y el cuidado contenedor y regenerativo (que alimenta el adentro). Es importante ahora recordar que no estamos hablando de “papa y mama” sino de “cualidades masculinas y femeninas” desde la teoría del tarot, que necesita aislar elementos precisos y diferenciados.

Esta carta indica que en el lugar donde la persona espera encontrar el tipo de afecto contenedor y regenerativo encuentra, en vez de eso, severidad o ausencia.
Juicio, reproche y autoritarismo.
Lo negativo de las cualidades masculinas en un puesto destinado a lo positivo de las cualidades femeninas.
El cruce del autoritarismo de las espadas con un envoltorio “femenino” (recordemos que no es necesariamente una mujer, pero puede ser alguien- una persona, una actitud- de “rol femenino”: un amigo que te escucha, por ejemplo), da pie a una forma específica de manipulación basada en el engaño, expresado en frases del tipo “es por tu bien”, “quien te quiere te aporrea”, “si vos fueras bueno yo te querría”, etc.
Retomando el ejemplo, el amigo que escucha los problemas del confidente, pero al momento de dar su opinión se limita a criticarlo, mermando su autoconfianza y sin aportar nada constructivo (por poner un ejemplo bien de novela de las seis)... ese tipo, es una reina de espadas.

Todo intento de resolver u opinar sobre los problemas sentimentales o emocionales, propios o ajenos, sin hacerlo desde las emociones sino desde el pensamiento, es una reina de espadas, porque el pensamiento sin sentimiento deriva en juicio sin comprensión empática. Una característica masculina donde debiera haber una femenina.

La síntesis de la carta puede ser la sensación, o la situación objetiva, de buscar compasión y encontrarse juzgado.

Necesitar afecto y encontrar desamor, crítica e imposición.
Esta combinación abre la puerta a que tanto la imposición como el desamor sean velados, y que toda la situación se encubra bajo apariencias engañosas.

Son elementos tradicionales de la carta las referencias al aire en forma de nubes y pájaros (uno solitario en este caso, indicando la melancolía), la imagen femenina y los colores grises.

Pueden ser palabras clave para su interpretación: soledad – melancolía femenina – ausencia – manipulación afectiva- engaño

jueves, 22 de abril de 2010

Tengan buenas noches

"Shir Ali Mardan" from 'Dance variations on Persian themes'
performed in San Francisco & Vancouver,
September 2007
Music by: Farnoush Behzad
Vocalist: Parvin
Filmed by: Abbas Hojat-Panah










Siempre me quejo de que las mujeres tienen todo tipo de textos y talleres sobre trabajos artquetipicos, corporales, sociales, psicológicos, etc. en relacion a la identidad femenina, y los hombres nada, o nada que yo conozca, similar y referente a la masculinidad.
Con este tipo podríamos empezar a escribir un buen libro.

sábado, 17 de abril de 2010

La Sacerdotisa - Claudia Botero

Unas cuantas idas y venidas con Claudia nos trajeron a esta versión con sugerencias inquietantes acerca de la interioridad y la conexión intuitiva.






















Arcano Mayor Número Dos: La Sacerdotisa


Una vez presentado el protagonista, en su versión “niño interno” (AM 0, El Loco) y “hombre hábil alineado con su destino” (AM 1, El Mago), el mazo empieza a desglosar los componentes del mismo en todas las partes que intermedian entre estos extremos.
De aquí en más, en términos generales, y exceptuando algunas cartas que no entran en este esquema, podemos considerar todos los Arcanos Mayores como componentes de la psiquis de cualquier individuo: aspectos, estados, órganos o funciones psíquicas.

Los componentes fundamentales de todo individuo se derivan en partes presumiblemente iguales, de sus progenitores, padre y madre, por lo que se presta especial atención en el mazo a las figuras de referencia interna masculinas y femeninas, a través de cuatro cartas: La Sacerdotisa, La Emperatriz, El Emperador y El Sacerdote.
Estas representan lo que el consultante aprendió acerca de la masculinidad y femineidad, primeramente de sus padres, y luego del entorno.
Cada uno indica una actividad generadora específica, que puede ser psíquica o física, y una manera concreta de realizar esta actividad generadora.
Emperatriz y Emperador son padre y madre terrenales, la sensualidad, la alimentación, la líbido y la protección por la contención o la restricción.
Sacerdotisa y Sacerdote, en cambio, son la generación psíquica, el surgir del conocimiento.

El Sacerdote opera de manera “masculina” esto es, extroyectiva, convirtiendo su conocimiento en objetos externos (palabras, libros) que codifican el orden y la conducta de otros. Que salen de él al mundo.

La Sacerdotisa, en cambio, genera conocimiento de manera femenina, esto es, interna y silenciosa.
El conocimiento que genera la Sacerdotisa surge en la profundidad de uno, en lo más íntimo, y aparentemente, es recibido desde el afuera por vía extrasensorial.
“Desde el afuera por vía extrasensorial” significa que es un conocimiento no generado por la persona, sino “recibido”, y que no es recibido por ninguno de los sentidos comunes, sino por un “sexto sentido” o por intuición.
El nivel intuitivo de esta carta indica que la distinción entre “subjetivo” y “objetivo” se anula: la sensación interna es reflejo fiel del hecho externo.
Es una sensación de certeza con validez de conocimiento que no se funda en el contacto directo con la cosa a conocer, ni en la comprobación empírica, pero que no es independiente de la realidad, sino solamente independiente de los cinco sentidos regulares.
Pero es conocimiento, es cierto.
No lo ves, ni lo olés, ni lo saboreás, ni lo escuchás ni lo palpás, pero lo sabés.

Si el Loco es la sensación de presente eterno y la materia psíquica informe, perpetuamente maleable, la Sacerdotisa es la fuerza que vuelve a esta sustancia maleable, contenedora y fértil. Es la tensión interna que convierte esta “gelatina espiritual” en una matriz, en la que la inspiración, el conocimiento dado por una instancia desconocida -si uno es católico puede pensar que recibió un mensaje divino o angelical, si tiene otro cuerpo de creencias tendrá otra explicación para decir de dónde llega la “idea”- puede dejar la huella que sube a la conciencia como dato intuitivo.
Dado que todo esto ocurre en el modo femenino, no sólo pasa en el espacio interno de la persona, sino que también ocurre de manera no expresable: lo que surge de la Sacerdotisa puede eventualmente ser traducido a palabras, pero en principio está muy lejos, y por debajo de ellas: es conocimiento sin palabras, es la sensación interna del hecho.
La Sacerdotisa es, al mismo tiempo, matriz, canal de fertilización y canal de “parto” del conocimiento: el conocimiento es “dado” a la persona, se “imprime” en su matriz psíquica, y “sube” a la conciencia, a través del mismo canal.
En algunas prácticas esotéricas, se asocia este canal, matriz y movimiento, al pasaje entre el séptimo chakra importante, ubicado fuera del cuerpo un poco por encima de la coronilla, y el cuarto chakra importante, el del corazón, ubicado entre los pezones, en el centro del pecho, sobre el esternón. Se suele representar el momento de inspiración con un rayo de luz que llega del cielo, atraviesa la cabeza e ilumina el corazón.
También se lo asocia a la conexión entre el séptimo chakra y el afuera, o una fuente de conocimiento externa, y, otra opción, con un canal que une los tres: la fuente externa, el séptimo y el cuarto chackra. Desde esta última descripción, la vivencia que se experimenta cuando se activa este canal es la del As de Copas.
Finalmente, en caso de tener una percepción directa o visualización del “órgano psíquico” que cumple la función, se lo puede ver como una mujer azul.

Independientemente de estas imágenes, la Sacerdotisa es, principalmente, interna y oculta. Lo femenino – interno está asociado en este mazo a varios elementos tradicionales, especialmente la luna y el agua.
La Luna es aquello que está permanentemente presente, pero hundida en la oscuridad de la noche (así como la sacerdotisa mora en lo profundo de la persona), y se percibe solamente cuando le da la luz del sol, así como la sacerdotisa se percibe solamente cuando el fruto de su acción emerge a la luz de la conciencia.
El agua es lo maleable e informe pero sensible (en el sentido de que se la puede sentir, y que su característica de informe y no sólida es lo que más se puede sentir de ella), que toma la forma de la matriz que la contiene.
Por esto la carta del mazo de referencia está llena de imágenes lunares, de fertilidad y de agua: el velo de la Sacerdotisa se transforma en agua, tras la entrada a su templo se puede ver un lago u océano en su cabeza y a sus pies hay una luna, sus ropas son blancas y celestes, color agua, el velo que oculta la entrada al templo muestra flores.
Detrás de dicho velo se ve una gran masa de agua: si el agua es el sentir, las grandes masas de agua son, en el mazo, el inconciente. Su presencia aquí indica lo inconciente como vedado y, al mismo tiempo, como fuertemente vinculado a la sabiduría que revela la Sacerdotisa.
Por ser esta una carta de saber, las dos columnas de la carta de referencia (recordemos que TODO lo que está en la carta de referencia puede ser alterado u omitido, buscando mantener intacto el significado general) refieren, además de a lo femenino – vaginal de todos los pares y paralelas verticales del mazo, a los pilares de la sabiduría, que corresponden a un elemento tradicional de la cábala esotérica llamado el Árbol de la Vida, donde el pilar negro simboliza el lado severo de la experiencia vital desde lo más cotidiano hasta lo más sagrado, y el pilar blanco, el lado misericordioso del mismo camino.
El total de los símbolos hace una fuerte referencia al saber y a la femineidad, al igual que el pergamino que aparenta decir “Torah” – libro de sabiduría de la cábala tradicional- pero está semioculto entre los pliegues de su ropa, indicando nuevamente la sabiduría y lo interno, oculto.

Pueden entonces ser palabras claves para la interpretación de la carta: femineidad – fertilidad – abstracción – silencio – agua – luna – sabiduría – intuición.

sábado, 10 de abril de 2010

La Luna - Santiago Slaby

Santi nos trae una segunda versión de esta carta, también muy despojada del simbolismo ortodoxo, pero plenamente acertada en su contenido emocional e icónico, y fuertísima, fuertísima.

Ábranla y sufran, si quieren.


































El texto, por su parte, corresponde a ese momento asrtístico mío de no terminar las cosas, así que los dos tercios en bastardillas son una addenda posterior a la primer confección, que jamás me senté a integrar de modo coherente.
Sepan disculpar, o sepan que no me importa mucho.






Arcano Mayor Número 18: La Luna



La Luna tiene como significado general en el mazo la femineidad, pero en este caso, com arcano, es algo bastante distinto, es la situación específica de tránsito por un momento o situación en la que el paisaje se ve deformado de manera atemorizante por la dificultad de ver con precisión.
Saber si el miedo mismo genera ilusiones, o alguna fuerza externa distorsiona la visión y entonces las visiones generan miedo, depende del resto de las cartas, y dentro de la influencia de esta carta, es en general como preguntarse si viene primero el huevo o la gallina.
Bajo la luz de la luna, las ilusiones no se pueden romper, y el miedo no se puede dejar atrás.
La fantasía es una función necesaria en la vida cotidiana, porque suele prefigurar la acción.
Está estrechamente emparentada con las categorías conceptuales que el Colgado elabora y re elabora
En cantidades adecuadas, acompaña cualquier movimiento desde su concepción hasta sus consecuencias, creando realimentación entre expectativa y desempeño, generando alternativas y permitiendo afinar la acción.
Pero La Luna es el momento en que la fantasía se tiñe de sensaciones angustiosas. Es el revés de La Estrella, en el sentido de que posiblemente los contenidos de ambas se refieran a cosas absolutamente inexistentes, pero los de la Estrella aparecen prometedores, y los de la Luna, amenazantes.
Esta proyección fantasiosa, que acompaña todos los movimientos, teñida de miedos y temores, es una de las instancias más pesadillescas literalmente que se puedan vivir.
Es como un mal sueño perpetuo, del que se termina perdiendo la perspectiva y confundiendo con la realidad.
Superar esa situación es pasar a otra carta, y eso se da según el tiempo propio de cada ciclo y persona. A veces es gracias al logro personal, a veces simplemente por el movimiento propio de los eventos.
Nunca es simplemente por enfrentar los temores, aunque eso sea exactamente lo que se debe hacer, si se toma la carta sola, fundamentalmente porque no deja opción.
Dentro de esta carta, las imágenes y referencias que se repiten en otros Arcanos Mayores aparecen deformadas o desesperanzadoras: las torres están lejanas y no parecen una meta, ni siquiera un alto del camino. Aquello que surge de la intuición es irreconocible y monstruoso. Nuestra parte animal, el instinto que en el resto del mazo dá órdenes e ideas claras (“tené sexo!” “comé!” “huí!” “peleá”) acá no hace más que aullar, inquieta e impotente ante el temor inexplicable, conectando con su faceta más primitiva, pasando de perro a lobo, ambos asustados.
El ítem “aquello que surge de la intuición” se refiere a un elemento que aparece poco en el resto del mazo, pero de manera significativa: si el agua representa el sentir, la imaginación y el sub e inconsciente (característica que se superpone con la luna, que también representa el inconciente), el pez representa al habitante y mensajero de las profundidades: el emergente que transporta las imágenes provenientes del inconsciente hasta el umbral de la percepción conciente.
En este caso, dado que la Luna es un estado de temor, un tránsito por el miedo, el emergente de lo inconciente no es un pez, sino una forma desfigurada e irreconocible, que aumenta el temor.
Es importante destacar otra vez que la Luna no indica daño y ni siquiera peligro cercano, sino miedo irracional y fantasías negativas, sin vinculación con la realidad externa.
Puede estar señalando, por todo esto, el momento en el cual se produce la emergencia desde el inconciente de un contenido traumático, tabú, o temido por algún motivo.
Muchas veces este motivo es un “desacuerdo” entre el contenido que busca emerger, y lo aceptable para lo conciencia y lo no aceptable: no tiene relación con la naturaleza del contenido que busca emerger en sí misma, sino con cuan tolerable resulta este a la conciencia. No es necesario que el contenido tenga algo “malo” en sí mismo, para que sea intolerable a la conciencia.
Mientras el contenido no termina de emerger, pertenece a lo inconciente y es, por tanto, desconocido (e incognoscible). Pero el acto de emerger contenidos que por algún motivo son rechazados por la conciencia y reprimidos, suele venir acompañado por una lucha interna entre el mecanismo represor, que no se desactiva fácilmente, y la necesidad del organismo psíquico de sacar a la luz ese contenido. Esta lucha produce, mientas dura, distorsiones en las imágenes emergentes: el contenido emerge fragmentariamente, pero tan desfigurado que no es reconocible como algo propio, ni positivo. Hasta tanto no se complete la lucha y el mecanismo represor sea desmantelado, seguirá produciendo imágenes defectuosas e inaceptables del contenido emergente, justamente como parte de su tarea de mantenerlo reprimido. Qué es lo que busca salir, es imposible saberlo hasta que no salga. Pero mientras, los anticipos que recibe la conciencia son aterradores por desfigurados.
Es necesario recalcar una vez mas: “aterradores por desfigurados”. La Luna no indica peligro o daño real, sino tan sólo miedo fantasmagórico que recubre nuestras percepciones externas e internas, como preludio a la confrontación de la conciencia con un contenido reprimido del inconciente que necesita ser descartado o reelaborado.
Esta confrontación se puede producir la nivel de la conciencia o no (perfectamente puede resolverse, y positivamente, a nivel subconsciente), y puede realizarse a través de la confrontación con la experiencia práctica o no (a veces uno requiere acciones concretas para aprender o reformular algo, y a veces no).


Se podrían definir como palabras clave: luna - temor - animales asustados - agua - oscuridad – fantasía - luz fantasmagórica - falta de visión - falta de claridad - camino - falta de meta

jueves, 8 de abril de 2010

Tomá, limate

y ya sabés: la próxima vez que alguien te diga "mi anus is bleeding" ¡dejá de bailar!