ES IMPORTANTE SABER

lunes, 18 de octubre de 2010

19 08 10

En la visualización del 19 de agosto, lo primero que veo es a mí mismo correr hacia una puerta que conecta un espacio negro en el que estoy al comienzo, con un espacio lleno de colores, movimiento, alegria y juego. Corro hacia esa puerta con entusiasmo pleno, pero cuando llego miro hacia atrás, y me veo a mi mismo, desdoblado: un Rogelio está por atravesar el umbral, y sólo espera a que el otro Rogelio se sume.
Pero el segundo Rogelio está paralizado, y por primera vez siento con claridad qué le pasa.

“Tengo mucho miedo de una traición”.

No puedo, simplemente, creer que algo bueno suceda sin más, y estoy aterrorizado por la posibilidad de creerlo y que alguien, incluído yo mismo, lo arruine.


La visualización se desarrolla, y en cierto momento percibo el miedo fuera de mí. Luego diría: “es lo más parecido a Dios que se me pueda ocurrir: es un océano de miedo, es infinito”.
Ví literalmente un cielo de miedo, que abarcaba de horizonte a horizonte.
Era blanco.


Me clavaba al lugar. Estaba frente a un abismo invisible, la tarea era tirarme a él. Pero ningún musculo me obedecía. Mi cuerpo era, simplemente, inerte.
Jamás había experimentado semejante pérdida de control: el miedo había desconectado cualquier clase de voluntad de movimiento de mi cuerpo.

Alicia me insiste, pero no consigo actuar. Eventualmente dice “entonces, estoy yo atrás tuyo, y te empujo”.

De algún modo, aparezco inmediatamente tirado sobre pasto, como descubriendo que en vez de un abismo era un peldaño mínimo.
No lo creo, pero Alicia dice que con esto ya es suficiente para la sesión, que “la computadora ya vió que saltar al vacío no es nada”.

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