ES IMPORTANTE SABER

domingo, 3 de abril de 2011

Los hombres dulces

Sé que otras tribus lo hacen diferente.

En la mía, cuando nací, todos los hombres de la tribu vinieron a festejarme. Antes de que me robara un duende, me robaron ellos y me llevaron al claro donde recibimos a todos los nacidos de nuestra especie. Bailaron durante tres días, y se turnaban en mi cuna para alabarme y cantar canciones suaves sobre mis virtudes.

Me escondieron esos tres días de las mujeres: sólo entraba mi madre a amamantarme, en un juego de escondidas, mientras los hombres pretendían que no la veían, buscando duendes hostiles. Ella sólo me cantaba en la hora de la luna: es un recuerdo vaporoso, plateado y con algo de filo en algún lado.

Siempre hay alguien cantando cerca de la cuna de un recién nacido: no dejamos que haya silencio a su alrededor, más que para enseñarle los sonidos del mundo.

Tres días cantaron para mi la canción de mis ancestros:

Somos los hombres dulces

Nuestra tribu está en el largo de todos los días juntos

No disminuye y no crece

Entramos y salimos

Y hoy entra uno

Tiene que aprender a cazar, porque ya sabe cantar

Tiene que aprender a nutrir su casa, porque ya sabe buscarla

Tiene que aprender a sostener su debilidad y la de otros

porque ya sabe prender la semilla y seguir la estrella

Tiene que aprender el secreto del pozo

y mostrar la verdad de su fuente

Porque es uno de nosotros

y no pertenece a sus padres ni a sus hijos,

ni a hermanos ni esposas

Porque es uno de nosotros,

los hombres dulces.

2 comentarios:

  1. Ya no se que más decirte, solo que sigas escribiendo siempre, siempre...

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  2. y sí qué más decir...escribí escribí

    marula grita roooooooocheeeeeeeeeeeeeeer y se llama a silencio
    le queremo royer

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