ES IMPORTANTE SABER

domingo, 22 de mayo de 2011

Te quiero

Es oscura porque sale de lo profundo.

Se niega a dejarse ver, por momentos aparece en mi cabeza como el movimiento de una planta submarina, como una inmensa víscera sin ojos, un pulpo gigante, mi propio dios monstruoso que al moverse se delata, para esconderse inmediatamente.

No: esconderse no.

La profundidad da tanta autoridad al mandato, a sus órdenes previas a las palabras que, sin articulación alguna, obedezco el pulso y la dejo de mirar cuando lo ordena.

Está hecha de sangre entre otras cosas, de violencia.

La violencia de Ares y Afrodita, la vehemencia de Zeus y Hera.

Los dioses son todo menos limpios.



Suma, a cada día, todo lo de la carne más todo lo que soy, más todo lo que viene de más allá.
Mis peores aspectos se suman: no puedo dejar nada atrás.

En esta magia de entregarme entero.

Y no puedo juzgar: si quisiera discriminar, vomitaría. Vomitaría todo lo que trago, voraz, que viene de más allá.

De las fronteras increíbles de mi ser.

Del otro lado, de otro mundo.

De otra conciencia.

No puedo ni quiero elegir, separar, filtrar.

Soy todo. Ando entero. Tomo todo.

El camino se construye vigoroso, jugoso, invisible.

Lo subterráneo se mueve sinuoso, agitando felicidad primitiva.

La superficie está luminosa y amplia, espaciada, aireada.

Llena.

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